jueves, 15 de octubre de 2009

Ritmos alocados...



Surfeando por la autpista de la información, me encontre estas verdades sobre "Crazy Rhythms" de The Feelies:

* Estoy leyendo en casa, me pongo los auriculares, pongo el disco y empieza a sonar "The Boy With Perpetual Nervousness", termina la canción, Flash!, Flash!, un momento, un momento, ¿qué es esto?, dejo el libro, me ajusto los auriculares, subo el volumen, pongo otra vez la canción, suena una percusión, una guitarra rítmica, otra guitarra, bajo y batería, ritmo trepidante, de los que se te cuelan por los oidos, de los que se te graban en la mente, sigo oyendo, timbales, voz, más guitarras, solos de guitarra, suena el último acorde. Pffiuuuuuuuuu. MAGISTRAL pienso, que canción dios santo, que canción!!!

* The Feelies tradujeron esa abulia contrastada con sus ganas de juerga en canciones rabiosas, tensas, nerviosas y misteriosas desde el punto de vista de un narrador que se autodefine como ‘the boy next door’, que es como se presenta Glenn Mercer...

* "Estudiantes de ciencias tocando guitarras" los llamaba J. Richman.

* Esas guitarras espídicas y tan velvetianas, esos interludios tan ruidosos y la pinta de nerds que tienen me vuelven loco. Los "pringaos" también pueden hacer canciones increíbles.

* Sinceramente me da igual si "Crazy Rhythms" casa o no con alguno de esos esteriotipos, lo que desde luego es innegable es la capacidad para sonar irresistiblemete actual veintiocho años después de su publicación. Un ejercicio urgente, visceral, fresco, taquicárdico y (lo que es más importante) nuevo, con el que este cuarteto se dio a conocer en 1980 y que supuso el comienzo de una carrera discográfica extraordinaria en muchos aspectos.

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