martes, 27 de octubre de 2009

Hello, I´m Johnny Cash...



- ¡No, Johnny, no! ¡Eso es un suicidio comercial!- dijo exasperado el señor del traje gris al escuchar las nuevas ideas de mister Cash.

- Seguramente sea una tontería, pero no me importa, esa gente necesita saber que siguen siendo parte del mundo, necesitan cosas con las cuales identificarse, joder, ¡siguen siendo americanos!- dijo el cantante mirando de reojo pero con firmeza al resto de los burócratas de la compañía discográfica.

- ¿Sabe que puede convertirse en el “artista de las cárceles”, no mister Cash? ¡Hace apenas un año editamos “At Folsom Prison”!- dijo el director comercial.

-Además, permítame recordarle mister Cash que en caso de que ese concierto se produjera por televisión, mi cadena le solicitaría que base su repertorio en los singles de Sun Records y que de preferencia se vista con algo provocador o llamativo, como mister Elvis en televisión- apuntó con un acento diferente al del resto un hombre de porte inglés.

- Me da igual lo que digan o piensen al respecto, yo me debo a mi público y a mis canciones y cuando ambos tienen conexión hay que dárselas de primero mano, de hecho no cobraré por el concierto, tocaré alrededor de veinte canciones y creo que terminaré con un medley en el que vengo pensando desde hace tiempo. Esta dicho señores, me voy, Jane me espera para comer tarta de manzana-, acto seguido, mister Cash se puso su sombrero y salió sin mirar atrás.

“Este concierto está siendo grabado y televisado para Inglaterra. Ellos me dijeron: ‘tienes que hacer esta y aquella canción’, ‘actúa así’, ‘muévete así’… Y yo no lo capto tíos, saben, yo estoy aquí para hacer lo que Uds. quieran que haga y lo que yo quiera hacer, así que, díganme lo que quieren que toquemos”.
Johnny Cash en la cárcel de San Quentin.

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