De todo el mundo es sabido que, a pesar de que podemos parecer unos macarras andragosos bebedores de cerveza y amantes de Lemmy Kilmister, también tenemos nuestros momentos refinados y profundos. Y es por eso que tenemos una especial debilidad por los grandes crooners: queremos todo de Leonard; mataríamos a latigazos por Tom, dejaríamos que Nick nos sodomize; nos tomaríamos unas copas y esnifaríamos sustancias raras con Johnny; hablaríamos de desamor con Scott; recorreríamos calles desoladas con Richard; le abriríamos nuestro corazón a Moz y así con un largo etcetera. A esta lista se le añade el ultimo gran cantante de la canción francesa: Benjamin Biolay. Heredero de toda la onda de Monsieur Gainsbourg, nos trae con su disco “Trash Yé Yé” pop de autor con bases programadas, secciones de viento y cuerda, coros. Profundo y bonito.
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